Por Miguel Orta
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Con la idea de promocionar a los creadores del arte mestizo paseño y fomentar la creatividad y la pasión por el arte visual en la frontera, un grupo de estudiantes de la Universidad de Texas en El Paso creó en el 2008 Chucollective, un colectivo que busca reunir el talento emergente de esta región, incluyendo pintores, diseñadores, fotógrafos y dibujantes, bajo un mismo sello.
“Queríamos juntar artistas de El Paso que no han sido vistos antes”, dice Elisa Lozano, estudiante de tercer año de diseño gráfico, quien junto con Rodolfo Rincones y José “Luigi” Martínez, también estudiantes de tercer año de diseño gráfico, fundó Chucollective. “Hay muchas exhibiciones en la ciudad, pero hay mucha gente que no ha sido expuesta y lo necesitan”.
A pesar de que los artistas involucrados en el colectivo no consideran su arte puramente chicano, José Luigi ve el trabajo del colectivo como una nueva expresión de esta corriente. “A mucha gente no le gusta la palabra (chicano), y aún menos a los artistas”, dice José Luigi. “(Sin embargo) el simple hecho de ser un artista de El Paso te hace un artista chicano porque no eres puramente americano, tienes influencia mexicana y americana”.
Stacy Schultz, profesora de arte chicano en UTEP, dice que es algo común que muchos artistas fronterizos no se sientan identificados con el término chicano. “Muchos asocian chicano a pandillero”, dice Schultz. “La mayoría prefieren identificarse como mexico-americanos o hispanos”.
Rodolfo, mejor conocido como Wox, busca sacar provecho de sus raíces mexicanas e influencia estadounidense y plasmarlo en su obra.
“Yo soy un híbrido, más no literalmente chicano”, dice Rodolfo, quien además de buscar una licenciatura en diseño gráfico, estudia pintura. Rodolfo piensa que a partir de sus orígenes, “uno puede referenciar cosas más amplias”.
Elisa, por su parte, dice intentar agregar piezas de arte chicano o del suroeste con influencia mexicana a su obra. “Es de dónde vengo, tengo que incorporarlo de alguna manera”, dice Elisa.
Chucollective tiene influencia de varios artistas de diversos antecedentes y nacionalidades, desde la obra clásica del muralista mexicano Diego Rivera hasta la escultura abstracta y contemporánea del artista plástico americano Donald Judd.
José Luigi dice haber sido influenciado principalmente por el arte callejero del inglés Banksy; Rodolfo asegura que las influencias más fuertes en su trabajo vienen de Max Ernst, Frida Kahlo y Salvador Dalí, mientras que para Elisa, la ilustradora Julianne Moore ha sido su fuente de inspiración. Sin embargo todos coinciden en que su principal motivación viene del trabajo artístico de sus propios compañeros.
El propósito de Chucollective no solo es mostrar el talento local que surge de las entrañas de la ciudad, sino también servir de mensajeros para los ideales de cada artista. José Luigi dice darle más importancia al significado de su obra que a su estética. “La razón por la que comenzó a interesarme el arte no era porque fuera bueno en dibujo o en pintura”, dice José Luigi. “Lo que yo quería era expresar una idea… yo veía la pintura como ese medio de hacerlo”.
Rodolfo dice procurar encontrar un balance entre la estética de su trabajo y el conceptualismo de su mensaje. “Algo puede ser muy estético pero usualmente (el espectador) no tiene tanta inclinación hacia que están haciendo y, (por otro lado) hay gente que es muy conceptual, pero dejan a un lado la estética”, dice Rodolfo.
Chucollective ha tenido la oportunidad de mostrar y vender su trabajo exitosamente en varios lugares, tales como el hotel Camino Real, durante los eventos Last Thursdays en Loft Light Studio y en puestos de ventas en Neon Desert Festival. Ellos también usan el Internet como un herramienta de exhibición y venta.
El colectivo ha utilizado redes sociales como Twitter, Facebook e Instagram para promocionar el trabajo del grupo y los eventos y galerías donde han de presentarse.
Pero existe aún bastante camino por recorrer. El grupo conoce la dificultad económica que representa el dedicarse a la creación de obras artísticas en El Paso. “La gente (rara vez) siente esa conexión con el arte; les gusta y lo respetan, pero no lo compran”, dice José Luigi. “Prefieren gastar 200 dólares en salir de fiesta y comprar una pintura que vieron en Target por 20 dólares—que no saben ni quién la hizo—en vez de comprar una pieza de arte local que saben que nada más ellos van a tener”.
A pesar de los obstáculos para sustentarse económicamente a través del arte, el colectivo se muestra optimista. “Tratamos de vender arte, pero esta bien si la gente lo ve e intenta entenderlo”, dice Rodolfo. “Creo que es más importante que la gente este expuesta al arte a que lo compre”.
Los miembros de Chucollective atribuyen gran parte de su éxito a lo que se les ha enseñado en la universidad.
Muchos artistas paseños optan por buscar suerte en otras ciudades cre-yendo que la escena artística de El Paso está muy limitada. “Mucha gente piensa que no la va a hacer, y se va a Austin, me imagino que les va igual o peor porque pierden contacto con su ciudad”, dice José Luigi. “Lo que hace la identidad de cualquier artista en música, arte, video o film, es su ciudad natal”.
La profesora Schultz asegura que aún queda mucho camino por recorrer. “Aún no podemos competir con Los Ángeles, parcialmente, porque somos una ciudad más pequeña”, dice Schultz, quien sin embargo admite que la escena del arte paseño está en crecimiento y está siendo más aceptado y mostrado en lugares como el Stanley and Gerald Rubin Center for the Visual Arts en UTEP.
Según miembros del colectivo, El Paso es una ciudad rica en diversas formas de arte a punto de salir a flote. “La escena del arte se está calentando, un ‘boom’ está a punto de pasar aquí en El Paso, culturalmente”, dice José Luigi.
Chucollective ambiciona el crecimiento de la escena del arte en El Paso y darla a conocer a otros lugares del país. “Ojala Chucollective se expanda más allá del ‘Chuco’, ese es el propósito”, dice Rodolfo, quien asegura estar trabajando en expandir su propuesta artística al resto del país a través de giras y galerías fuera de El Paso.
José Luigi ve su proyecto como una nueva expresión del arte chicano con una visión joven, nunca antes vista en la ciudad y habla con entusiasmo sobre las últimas corrientes de artistas locales.
“Son generaciones que quieren que haya más educación en el arte y más cultura en El Paso”, dice José Luigi, quien busca exponer una nueva corriente de arte chicano con influencia del abstractismo estadounidense y en enviar un mensaje de unidad en la cultura mexico-americana. “La generación de ahora está hambrienta de cosas nuevas, ya no quiere más Southwestern… somos una nueva generación de arte chicano”.