Las creencias y actitudes negativas hacia los trastornos mentales han creado un puente para empujar a las personas que lidian con algún trastorno a hacerlo en silencio. Esto va más allá de una tristeza pasajera. La depresión es un trastorno emocional que causa un sentimiento de tristeza constante y una pérdida de interés por las cosas cotidianas.
“Es como estar siempre cansada, como si tuvieras que arrastrar un caballo. Siempre estás cansada, quieres dormir, pero no puedes descansar, te duele la cabeza y no sabes qué es lo que te está pasando, lo único que quieres es desaparecer”, Julissa Fernández Rivera dice.
Julissa, mejor conocida como JJ, de 27 años de edad, cursa la maestría en filosofía en la Universidad de Texas en El Paso. JJ nació y creció en El Paso viviendo con depresión y ansiedad. No fue hasta que tenía 19 años de edad que fue diagnosticada con estos dos trastornos.
“Todo comenzó a los 12 años, ya para los 15 años comencé a tener ideas suicidas, a los 17 años estaba sorprendida de que estaba viva y fue a los 19 años que decidí buscar ayuda profesional”, JJ dice.
Esta condición puede convertirse en un problema de salud serio ya que los periodos de duración pueden ser más largos e intensos, afirma JJ, quien ha experimentado estos momentos en su vida.
La depresión puede orillar a las personas que viven con esta condición a aislarse de sus familiares y amigxs. La Organización Mundial de La Salud (OMS) reportó que cada año se suicidan cerca de 800,000 personas, y el suicidio es la segunda causa de muerte en el grupo etario de 15 a 29 años.
JJ comenzó a sufrir episodios de tristeza profunda y sin saber a qué se debía. Ella recuerda sus años de adolescencia con muchos sentimientos encontrados. Por una parte, era una estudiante feliz, con notas de excelencia. Pero había días que simplemente quería estar sola, aislarse de todxs y no querer hacer nada.
“Era buena estudiante, usualmente me sacaba puras A´s, no tenía ningún problema en lo académico, pero nunca fui al cine o al parque con mis amigos, mi vida social simplemente no existía”, JJ dice.
Por el hecho de que JJ no reflejaba sus problemas mentales en su desempeño académico, para los padres de ella era difícil identificar o entender que ella estaba pasando por una situación de trastorno
mental.
C&B Psicología Clínica, una página web creada por dos psicólogas para ayudar a personas con trastornos mentales, publicó “el estigma de ir al psicólogo está íntimamente relacionado con las creencias que tenemos sobre la enfermedad mental. Ésta última suele estar negativamente
asociada a las etiquetas que la sociedad ha colocado a las personas con graves dificultades emocionales, cognitivas y conductuales a lo largo de la historia”.
“Mi mamá no sabía cómo ayudarme, cuando le dije que quería ir con un psicólogo, ella lo veía mal, que, ‘por qué le iba ir a contar cosas de nuestra familia a un extraño’, los problemas de salud mental son vistos como problemas de ‘white people’”, JJ dice.
La Alianza Nacional de Enfermedades Mentales, (NAMI, por sus siglas en inglés), cuenta con una sede en El Paso. Todxs sus voluntarixs son personas que han sufrido de alguna situación mental o tienen algún
familiar que sufre de una condición mental.
Isidro Torres, director de relaciones sociales en NAMI y nativo de El Paso, se unió al equipo de NAMI como voluntario después de graduarse de UTEP, promoviendo los servicios de NAMI.
Primero que nada, en NAMI nuestro propósito es dar
educación sobre condiciones mentales para poder desestigmatizar el estigma social y para hacer conciencia de lo importante que es la
salud mental”, Torres dice.
A lo largo de su tiempo con NAMI y las experiencias que ha vivido Torres afirma que, en El Paso, por ser una comunidad Latinx, muy a menudo se tiene una imagen negativa de las condiciones mentales. Esto debido a que no es muy común en las familias Latinx el ir al psicólogo.
“En nuestra comunidad no se habla mucho de esto, ‘la ropa sucia se lava en casa’, no tenemos por qué ir con otras personas a hablar de nuestra vida, eso se hace en casa”, Torres dice.
NAMI cuenta con diferentes tipos de clases y terapias que son gratis para la comunidad en inglés y en español. NAMI de Familia a Familia, es una de las clases que se ofrecen para desestigmatizar las condiciones
mentales entre familia.
“A esta clase vienen padres de familia, tías y tíos, que quieren saber más de esto, que no entienden por qué sus hijxs están actuando de x o y manera”, Torres dice. “Nosotros aquí los educamos en las condiciones
mentales y lo más importante es hacerles entender que las condiciones mentales son como cualquier enfermedad como asma, que te tienes que ir a atender al médico. Lo mismo pasa con las condiciones mentales,
tienes que buscar ayuda”.
En ocasiones, cuando lxs jóvenes sufren de rechazo por parte de sus familiares, tienden a buscar ayuda con sus amigxs o profesores, en el caso de JJ fue diferente. Ella sabía que estaba sufriendo y su vida
estaba en peligro, así que ella decidió buscar ayuda en internet.
La Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés) menciona en su artículo, “En busca de ayuda: Cómo elegir un psicoterapeuta” que es muy importante tener una buena comunicación
con su psicoterapeuta. Que el paciente se sienta a gusto y tranquilo al momento de llevar a cabo una sesión. De sentirse incómodxs o intranquilxs, lxs pacientes pueden optar por suspender las sesiones.
En el caso de JJ, ella recurrió al internet para buscar unx psicólogx. JJ menciona que fue difícil al principio, pero sintió confianza y tranquilidad al hablar con este psicoterapeuta.
“Busqué en Google a un psicólogo cerca de mi casa y que mi seguro (médico) lo cubriera. Encontré uno e hice una cita. De ahí comencé a hablar con mi psicólogo. Fue un poco extraño primero, pero me ayudó
mucho”, JJ dice.
Es importante encontrar unx psicólogx que se ajuste a tu bolsillo. De no ser así, esto puede crear otro estrés o preocupación, así lo recomienda APA.
Con el paso del tiempo, los padres de JJ fueron entendiendo más de su situación, hablando más con ella y apoyándola en su proceso. JJ tenía momentos en que los episodios regresaban y no tenía ganas de hacer nada. ya estudiaba la maestría cuando estos episodios resurgieron.
“Tenía mucho miedo de reprobar mis clases, también era asistente de un profesor de filosofía y sentía que iba a perder mi trabajo, no sabía qué hacer. Me sentía muy mal, sentía que necesitaba más ayuda”, JJ dice.
Fue el día de Halloween del 2019 que JJ decidió buscar de nuevo ayuda, pero esta vez con un psiquiatra ya que ella sentía que no podía controlar sus condiciones mentales. Después de su cita con el psiquiatra, ella comenzó a tomar medicamentos para ayudarle a regular sus estados de ánimo.
De igual manera, JJ decidió hablar abiertamente con Chris Lay, profesor
asistente en el departamento de filosofía en UTEP y mentor de JJ, para hablarle de sus episodios. JJ tenía miedo de perder su trabajo, pero al acercarse a su profesor encontró una persona que la comprendía.
“Tenía miedo, pero fui y hablé con él. La verdad fue de gran ayuda, exploté con él y le conté por lo que estaba pasando. El Dr. Lay me escuchó, me apoyó. Me quité un peso de encima cuando hablé con él. Sigo muy agradecida con él por el hecho de haberme escuchado”, JJ dice.
JJ fue su asistente en el semestre de otoño 2019. Lay se sintió agradecido de que JJ tuvo la confianza de hablar con él.
“JJ me dijo que tenía algo importante de qué hablar y yo simplemente la
escuché”. Lay dice. “Sí hay un estigma con las enfermedades mentales y yo estoy consciente de esto. Tengo familiares que han sufrido de condiciones de este tipo, pero no buscan ayuda por el miedo de ser rechazados por la comunidad”.
Lay, quien creció en el sur del país y vivió en varios estados como Tennessee, Georgia y Alabama, vio como también estas condiciones son consideradas como problemas de ‘white people’ y no un problema de todxs.
“Nos enseñan que estos son problemas de ‘white people,’ que sólo los ‘yankees’ sufren este tipo de condiciones mentales.
Pero ahora que he estado en comunidad fronteriza, he escuchado que el estigma creado alrededor de las condiciones mentales es aún más grande”, Lay dice.
Lay piensa que tiene que haber un cambio en la relación entre maestrx y alumnx que vaya más allá de un número o nombre en la lista de asistencia. Sin embargo, esto puede ser difícil en clases donde hay más de 50 alumnos.
“Podemos comenzar por invitar a nuestros estudiantes a que vengan a hablar con nosotros (los profesores), que nuestra responsabilidad no se termine en la puerta del aula”, Lay dice.
En ese mismo otoño, JJ decidió buscar ayuda con un psiquiatra que le recomendó un amigo de ella. JJ tenía miedo de ir al psiquiatra por el estigma social pero sabía que necesitaba más ayuda. Comenzó sus terapias y el psiquiatra le recetó medicamentos para que se sintiera mejor.
Desde que JJ comenzó a tomar medicamentos, ella ha experimentado los
efectos secundarios, tales como cansancio extremo, falta de apetito y también algunos mentales.
No todas las personas con depresión son aptas para tomar medicamentos. La OMS dice, “los antidepresivos pueden ser eficaces en la depresión moderada a grave, pero no son el tratamiento de elección en los casos leves, y no se deben utilizar para tratar la depresión en niños ni como tratamiento de primera línea en adolescentes, en los que hay que utilizarlos con cautela”.
Mayo Clinic es una asociación sin fines de lucro que ofrece consultas en varios estados del país para brindar ayuda a personas que experimenten trastornos mentales. Ofrecen algunas medidas para sobrellevar el estigma social de estas enfermedades, tales como el hablar del tema, el no aislarse y buscar ayuda profesional.
Ayuda en UTEP
UTEP, a través de la oficina de Counseling and Psychological Services (CAPS), ofrece a los estudiantes servicios de terapia con psicólogxs en forma individual y grupal. Las oficinas están ubicadas en Union West. Lxs estudiantes pueden encontrar aquí servicios gratuitos. Se les puede brindar ayuda en problemas personales, académicos y/o económicos.
El Dr. Jorge Márquez, asistente de dirección en CAPS, invita a lxs estudiantes a que hagan uso de este servicio que les brinda la universidad.
“Los estudiantes ya pagaron por este servicio, así como pagan por el gimnasio en las cuotas de la universidad. Lo mismo con CAPS, así que yo los invito a que lo usen”, Dr. Marquez dice.
CAPS cuenta con consejerxs bilingües, que están capacitadxs profesionalmente para asistir a lxs estudiantes con cualquier tipo de ayuda que necesiten. Además de los servicios tradicionales de terapia individual y en grupo, CAPS también ofrece aplicaciones para meditar que lxs estudiantes pueden descargar en sus teléfonos móviles gratis.
El Dr. Márquez explica que reciben bastantes estudiantes a lo largo del semestre, que usualmente lxs estudiantes sienten que algo está mal con ellxs, pero no pueden identificarlo.
“Esto lo vemos mucho con estudiantes de primer año, que apenas se están ajustando a la vida universitaria y a la presión académica. Otras veces vienen en busca de ayuda cuando tiene problemas en sus relaciones sentimentales”, Dr. Marquez dice.
Estas dos situaciones mencionadas por el Dr. Márquez suelen ser muy comunes. Sin embargo, también hay ocasiones en donde lxs estudiantes están sufriendo por abuso de sustancias. CAPS cuenta con clases para ayudar a los estudiantes a superar estas situaciones.
“Debemos aprender que estas condiciones son reales y saber tratarlas, tal y como se trata una condición física, lo mismo se debe de hacer con lo mental”, Dr. Marquez dice. “Queremos que nuestros estudiantes logren su meta de graduarse y recuerden sus días universitarios como una buena etapa de su vida”.
Así como el caso de JJ, hay muchxs más que lidian con los efectos de la depresión y ansiedad en sus vidas. Es importante crear una conciencia colectiva sobre las condiciones mentales y cómo estas no hacen menos a una persona. Que los términos, “tengo depresión”, “soy bipolar” o “estoy deprimidx” no se tomen a la ligera.
Con el paso del tiempo, JJ ha ido aprendiendo a vivir con sus condiciones
mentales y a llevar una vida plena. JJ sabe que no va a recuperar el tiempo que perdió cuando lidiaba con episodios de depresión severa. Sin embargo, ella está dispuesta a disfrutar su vida en el día a día.
“Lo que nadie te dice cuando sufres de alguna condición es el tiempo que pierdes, yo perdí ocho años, ocho años que no van a volver, que no sé donde quedaron. Y si contando mi historia le puedo salvar a alguien algunos de sus años o incluso la vida, me doy por bien servida”, JJ dice.
Por Maria Ramos
In-Brief
Certain beliefs and negative attitudes around mental disorders have pushed people who live with these to do so in silence. Depression is an emotional disorder which causes a feeling of constant sadness and a loss of interest for everyday things.
“It’s like always being tired, as if you had to drag a horse. You’re always tired, you want to sleep, but you can’t rest. Your head hurts and you don’t know what’s happening, the only thing you know is that you want to disappear”, Julissa Fernández Rivera says.
Julissa, better known as JJ, is a 27-yearold graduate student in philosophy at the University of Texas at El Paso. JJ, who was born and raised in El Paso, has been living with depression and anxiety. She was only 19 years old when she was diagnosed with the two disorders.
Depression can cause people to isolate themselves from family and close friends. The Global Health Organization (OMS in Spanish) reported 800,000 people have committed suicide every year, placing suicide as the second most common death cause for people between the ages of 15 to 29.
“Everything started at 12 years old, when I was 15, I started having suicidal thoughts, by 17 I was surprised I was still alive and at 19 I decided to get professional help”, JJ says. “I was a good student…I did not
have any academic problem, but my social life was practically nonexistent.”
Because JJ’s symptoms were not reflected in her academic life, her parents could not identify or understand what she was going through with her mental disorders.
El Paso native, Isidro Torres, director of social relations at the National Alliance of Mental Illness (NAMI), states that El Paso, because of its strong Latinx influence, tends to have a negative image of mental conditions. This is because a lot of Latinx families do not go to a psychologist.
In JJ’s case, after searching for psychotherapy on Google, her parents
understood the severity of her disorders. She looked for a psychiatrist and began her medication treatment when she started her graduate program at UTEP and her depressive episodes came back.
Chris Lay, assistant professor at UTEP’s philosophy department and JJ’s mentor, grew up in the southern states of the country, and assures mental disorders are stigmatized as white people’s problems.
“We’re taught that these problems belong only to the ‘yankees’ and that it’s only them who suffer from these mental disorders. But now that I’ve been in the border community, I’ve heard that the stigma created around mental conditions is even larger”, Lay says.
JJ is doing better with her depression and anxiety diagnosis. Even though
her episodes came back, she says she wanted to share her story for those
people who might be experiencing the same situation.
“What nobody tells you is the time you lose when you suffer from some
condition. I lost eight years, eight years that won’t come back, that I don’t know where they went. And if telling my story is going to help save someone some of their years or even their life, I am well served”, JJ says.
UTEP, through the office of Counseling and Psychological Services (CAPS),
provides the community with therapy services with certified bilingual
psychologists. They are located in Union West. CAPS services are free to UTEP students. Their phone number is (915)747-5302 and their website is www.utep. edu/student-affairs/counsel/.
By Maria Ramos