Los estudiantes constantemente van y vienen de clase en clase, al trabajo, con extracurriculares, recogiendo niños, reuniéndose con padres, y mucho más. Métodos de transportación desde y hacia la Universidad de Texas en El Paso siempre están en la mente de un estudiante en UTEP, conocida como una escuela de quienes viajan a diario a su trabajo o escuela.
Gary Edens, vicepresidente de asuntos estudiantiles, explicó que los autos siempre serán parte de nuestra realidad ya que somos un campus de conmutadores (commuters).
Actualmente, hay 7,213 lugares disponibles para estudiantes, y 9,501 permisos han sido emitidos, según Edens. Para reconciliar la proporción de estudiantes registrados y la creciente demanda en lugares de estacionamientos por consecuencia, han sido dos los factores que se han propuesto como solución al problema: proveer más lugares de estacionamiento y aumentar las clases en línea.
Por lo tanto, UTEP se encuentra en una situación única en términos de la posible expansión de la universidad. Aun con el número de estudiantes registrados aumentando, el campus está situado entre una montaña, una carretera, hospitales, y el barrio histórico en Sunset Heights. Entonces, cuando los cambios del 2015 en Centennial Plaza acabaron, estos parecieron ser los más radicales o visibles hasta entonces.
Edens ha sido miembro de la comunidad de UTEP por 30 años y ha pasado los últimos 10 en su actual posición. Él recuerda el campus de UTEP antes de la Centennial Plaza.
“A medida que hemos continuado creciendo en UTEP, nos hemos tenido que enfocar en todo tipo de problemas de métodos de transportación…pero luego nos damos cuenta de que el campus necesitaba algo de trabajo por dentro también”, Edens dice.
El campus de UTEP puede parecer compacto con una mirada rápida, pero cuando uno tiene que hacer ese viajecito del Undergraduate Learning Center a la torre sobre el cerro que es el Education Building en los veranos de El Paso con temperaturas de 90 a 100 grados o durante los inviernos del desierto, el recorrido parece más largo y arduo.
El chicken running, o cuando tienes que escoger un momento oportuno para cruzar tráfico con el semáforo en verde, ya no existe con Centennial Plaza localizada en medio de campus. Este espacio pasó de ser un estacionamiento, con tráfico corriendo como una vena grande por el campus, a ser un espacio verde que permite el libre transporte de estudiantes en lo que es ya considerado el corazón del campus.
“Durante muchos años, sabíamos que queríamos cerrar el centro de la universidad”, dice Edens. “Y cualquiera que ha estado por aquí (en UTEP) un buen rato, sabe que solíamos tener una calle, University Road, que corría por toda la universidad, y luego Hawthorne iba hasta arriba, y ahí en el centro de la universidad había un estacionamiento”.
Edens dice que esa calle causaba dolores de cabeza, creando tráfico hasta otras partes de la ciudad, principalmente Mesa Street. Pero también causaba peligro entre clases ya que, durante los descansos, los estudiantes tenían que correr entre el tráfico.
Desde entonces, Edens explica que Centennial Plaza no solamente ha eliminado los peligros de esa calle, pero también ha tenido un impacto ambiental con estudiantes ahora usando métodos más verdes de transporte. También hubo un cambio en la cultura de la universidad, con estudiantes y miembros de la comunidad pasando tiempo en campus en la noche y entre clases.
“Sobre los últimos 10 años he visto muchos más estudiantes usando Sun Metro y el shuttle. Puedes ver los estudiantes bajando de los camiones, aquí en University”, dice Edens.
Varias otras maneras de llegar de edificio a edificio han sido creadas ya con el espacio disponible.
“He visto el uso de patinetas mucho más. Las patinetas son muy populares ahora”, dice Edens.
Empezando en agosto del 2019, Glide, una compañía de vehículos eléctricos compartibles de El Paso ha llegado a UTEP, dándole un nuevo método de transporte a los estudiantes. Ya sea que estés yendo a la biblioteca, al edificio de Mike Loya, Miner Heights, el Don Haskins Center, o cualquier otro lugar, la pregunta ahora es cuál método es el más conveniente para ti.
CAMINANDO: EL TRANSPORTE MÁS BARATO
La manera más obvia y tradicional de llegar de un lugar al otro, el caminar siempre será la opción más barata. Pero dependiendo de la parte de la ciudad en la que vivas y tu horario de clases, este método podrá ser impráctico.
Jose Ponce, estudiante de psicología en UTEP de 23 años, vive en el noreste de El Paso. Ella requiere de un carro ya que su horario hace que el transporte público resulte impráctico.
“Mi horario está muy quebrado, dependiendo del transporte público sería poco más difícil porque tengo clase en las mañanas, en las tardes, y en las noches. Entonces, tengo varios descansos”, dice Ponce. “Teniendo la conveniencia de mi carro, este me permite ir y venir si tengo citas, o trabajo, o algo así. Es más fácil para mí”.
Pero un carro solo te puede llevar a ciertos lugares. Moverte dentro del campus sigue siendo un problema para Ponce ya que un vehículo requiere un permiso de estacionamiento al menos, o levantarte a horas irrazonables para encontrar estacionamiento cerca del campus.
Ponce compró un permiso de estacionamiento, pero aún tiene que caminar.
“Soy torpe. Honestamente quiero tratar con los glides, porque sigo viendo a todos en ellos, pero tampoco me ha interesado el aspecto técnico. Termino teniendo como 30 minutos caminando en el campus durante el día”, dice Ponce.
Un Glide scooter puede ser tecnológicamente intimidante para unos como Ponce, pero para ella, esos 30 minutos diarios de caminado valen la pena.
SCOOTERS DE GLIDE: LA INVASIÓN
La nueva moda entre estudiantes de UTEP son los scooters de Glide. Tomó casi un año para que éstos tocaran tierra en El Paso, pero han llegado y se encuentran en, lo que parece, cada esquina de la universidad.
Los e-scooters han barrido con el país por los asuntos de seguridad ya que han creado discusión en cuanto a su adición al tráfico junto a los vehículos. Según Business Insider, los e-scooters causaron más de 1,500 accidentes el año pasado, haciendo que algunas ciudades los prohibiesen completamente.
De hecho, la ciudad de El Paso fue una de tantas ciudades que crearon un programa piloto para incorporarlos por las mismas razones. Mientras que las compañías ofrecen reglas y sugerencias a los clientes interesados en su seguridad con los e-scooters, como el uso de cascos, por ejemplo, muchos de estos ignoran las sugerencias.
Diego Rico, estudiante de la maestría en línea de escritura creativa de 30 años, ha sido cliente frecuente de Glide. Rico invirtió en un permiso para su carro en el estacionamiento de Sun Bowl. Sus clases, que lo llevan del Sun Bowl al edificio de Health Sciences and Nursing, requieren que haga una caminata desde el cerro del edificio de Educación hasta la biblioteca.
“Es bastante lejos y cuando encuentro un Glide allá afuera, me lo traigo hasta acá por los cerros. Básicamente convierto mi caminata de 15 minutos en una de cinco, tres minutos”, Rico dice.
Rico vio el beneficio de los scooters inmediatamente ya que acorta el tiempo que toma para llegar a su clase y puede evitar los jadeos y el sudor infamoso que cada estudiante de UTEP conoce por llegar tarde a clase.
El beneficio, sin embargo, viene con una desventaja. Como Rico notó, los scooters para él fueron más convenientes que comprar una bicicleta.
“Es conveniente porque una bicicleta, tengo que montarla, comprar el portabicicletas, bajarla, subirla, ponerle candado. Pero un Glide, si esta ahí, esta ahí, y si no, puedes caminar”, Rico dice.
Pero dejando lo práctico de Glide aparte, el costo podrá no ser tan beneficioso.
“Actualmente voy a empezar usarlos menos porque pueden ser caritos. Un paseo de tres minutos te saldrá en $2, entonces el precio no está increíble”, Rico dice.
MINER METRO: EL TRANSPORTE CONSISTENTE
Otra alternativa barata para moverte por el campus es Miner Metro, los shuttles que corren de las 6 y media de la mañana hasta las 9 y media de la noche dependiendo en cuál ruta estés tomando. El Miner Metro es una vista común por la universidad y es gratis para todos los estudiantes y la facultad.
Gawa Seldon, 23, estudia contabilidad y utiliza los shuttles como su medio de transporte principal, viviendo en los departamentos detrás de Miner Canyon. La caminata, para ella, requeriría bajar varias cuadras por Mesa Street o por Sun Bowl Drive sino fuera por el camión.
“Los shuttles pasan cada cinco minutos durante la semana. Entonces, es muy conveniente. Además, las varias rutas que toman, el camión oeste pasa directamente a Sun Bowl y luego a Union y luego por Mike Loya. Entonces, es conveniente si tenemos clases espaciadas por el campus”, Seldon dice.
Pero el shuttle seguro y consistente tiene una desventaja, que es su lentitud. A diferencia de otros métodos más chicos de transporte, como los scooters de Glide, Miner Metro tiene que hacer varias paradas y no te llevará directamente a tu edificio, según Seldon.
Ella dice, “aun siendo una distancia de cinco minutos en carro, si toma como 15 minutos en un shuttle porque tienes que calcular el tiempo de espera y las paradas que hace. Usualmente me doy como 30 minutos para llegar a la universidad”.
Seldon es una de los 6,681 estudiantes que toman el Miner Metro diariamente. Entonces, si no estás en ninguna prisa, Miner Metro es uno de los métodos de transporte más efectivos.
BICICLETAS: HACIENDO TU EJERCICIO
Las bicicletas son un método rápido y ecológico de transporte. Son buenas para hacer ejercicio y suelen ser convenientes en general. Y aun siendo un costo singular, ese precio inicial puede ser de más para algunos estudiantes.
La otra desventaja es que una bicicleta crea la necesidad de hacer otros arreglos—tienes que encontrar un portabicicletas, comprar un candado, y saber dónde dejar tu bicicleta ya estando en la universidad.
Christian Valencia, estudiante de microbiología de 22 años, vive cerca de UTEP y dice que una bicicleta le resultó más barato que comprar un permiso para manejar hacia la escuela.
“Una bicicleta te dura bastante tiempo y tampoco tengo que pasar tanto tiempo con el mantenimiento y también es más fácil venir en bicicleta porque llego a mis clases más directo en vez de tener que encontrar estacionamiento y luego caminar hasta acá así que es mejor. Yo ahorro en gasolina, ahorro en no tener que pagar por un permiso, y luego solo llego a estacionar mi bicicleta”, él dice.
Estando cerca de UTEP, Valencia vive en un vecindario donde los Glide e-scooters pueden ser una opción para llegar a campus. Pero de nuevo, Valencia sigue prefiriendo su bicicleta para ir del UGLC al edificio de Biological Sciences.
“Pienso que es lo más rápido. En otras palabras, si me parece más fácil que un scooter porque no tengo que pagar y es mía. Y llego a mi clase casi directamente”, dice Valencia.
PATINETAS: EN CONTRA DEL VIENTO
Las patinetas icónicas también se merecen mención. Estos artefactos del punk también son convenientes y toman menos espacio en un carro. La desventaja es que pueden ser más difíciles de usar si uno no está acostumbrado a usarlas.
Arturo Andujo, estudiante de física de 28 años, vive en el oeste de El Paso, y se viene a la escuela cada día tomando Mesa Street, el Border Highway, o la carretera de peaje ya que, por el momento es gratis. Andujo se trae su patineta y evita la necesidad de comprar un permiso.
“Me estaciono allá arriba por Campbell y patino bajando el cerro cerca de Kirby”, Andujo dice.
Andujo ya sabía andar en patineta porque había estado practicando usando la patineta de su amigo antes de comprarse una. Desde entonces, se compró una patineta por la razón de usarla como medio principal de transporte en el campus.
“Actualmente la conseguí el año pasado y la conseguí al inicio del semestre de la primavera para moverme, y para llegar a clase en tiempo”, dice Andujo.
Los scooters de Glide han pasado por su mente, Andujo explica, pero teniendo una patineta le ahorra dinero, convirtiendo a su patineta es su go-to, por su conveniencia, asequibilidad, y el placer.
“Mi cosa favorita de ir a mi clase de fluidos termales es cuando puedo bajar un cerro en patineta toda la ruta. Es súper divertido. Entonces, puedes sentir el aire fresco”, dice Andujo.
Por Antonio Villaseñor-Baca