Latino, Latina, Latine?
El lenguaje inclusivo en el español tiene como objetivo el poder incluir, nombrar, y no discriminar a personas al momento de comunicarnos.
September 15, 2022
La frontera entre México y Estados Unidos es un lugar único en donde chocan dos culturas, divisas, y los principales idiomas de la región: español e inglés.
Sofia Valenzuela, una estudiante originaria de El Paso, Texas, y Ciudad Juárez, de género fluido, de 22 años que estudia psicologíacon una concentración en estudios de la mujer y de género en la Universidad de Texas en El Paso, relata que apenas está empezando a aprender cómo funciona el lenguaje inclusivo en español.
Valenzuela cuenta que para ella este ha sido un proceso difícil ya que al pasar más tiempo en Estados Unidos que en México, para luego terminar mudándose a E.U.A., alcanzó un punto en el que se desconectó del español, al menos gramaticalmente.
Ella decidió dedicarle más empeño en aprender mejor el idioma inglés por su necesidad de tratar de perfeccionar su acento y para poder encajar mejor en El Paso. Es por eso por lo que se le complica entender el lenguaje inclusivo en español, pero ella afirma que no es imposible y que está dispuesta a hacerlo.
De acuerdo con el Doctor Kevin Nadal, un profesor de psicología de la Universidad de Justicia Criminal y Centro de Posgrado John Jay en Nueva York, la mayoría de las culturas en el mundo dividen y construyen sus sociedades con base al binarismo de género. Pero históricamente existen culturas como la Zapoteca en México en donde existe un tercer género.
De acuerdo con el sitio web de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) los Muxes, son personas que nacen biológicamente hombres, pero conforme van creciendo, empiezan a adoptar el rol tradicional de una mujer dentro la cultura Zapoteca sin llegar a competir con ellas. Cocinan, cuidan de sus familias, y se encargan de las festividades. Inclusive existen Muxes que se casan con hombres y otros con mujeres, pero sin nunca perder su identidad de Muxe.
En la cultura Zapoteca, así como en distintas culturas del mundo, el género no es binario. La idea del género como la conocemos ahora en el continente fue impuesta por las potencias europeas que colonizaron el continente americano.
La académica Manuela Lavinas Picq explica que, en América, existían cientos de lenguajes con palabras para referirse a géneros no binarios, así como a comprensiones fluidas del género. La existencia de dichas palabras confirma la existencia de personas cuyas identidades de género existían fuera del binarismo de género.
Picq, también explica que los españoles categorizaban a las personas indígenas cuyas identidades de género y sexualidades fueran distintas al binarismo de género y al heterocentrismo (la idea que todos los seres humanos son naturalmente heterosexuales) practicado en Europa como sodomitas. Como consecuencia, dichos indígenas eran sujetos a castigos brutales sus vidas. Un claro ejemplo de la brutal represión que dichos indígenas sufrían se puede ver ejemplificado en la masacre de sodomitas en donde cuarenta y un hombres indígenas fueron aventados a los perros por estar vestidos como mujeres en Panamá. Esto resultó en la adopción del binarismo de género y la heterosexualidad como la norma, así como un mecanismo de supervivencia ante la corona española. Como consecuencia, en América se ha tenido esta idea binaria sobre el género, aunque si ha habido avances en materia de derechos para la comunidad LGBTQ+ y la conversación sobre el género ha estado cada vez más presente, el binarismo de género ha logrado permanecer intacto por siglos.
De acuerdo con One World Nations Online, actualmente en el continente americano, el español es el lenguaje más hablado seguido por el inglés. El español es un lenguaje con género gramatical, lo cual significa que palabras como sustantivos, artículos, pronombres, y adjetivos contienen morfemas específicos como la “a” o la “o” que hacen a las palabras tener género, ya sea masculino o femenino.
Recientemente, se ha empezado a cuestionar cada vez más el uso del género dentro del español en los sustantivos que se refieren a personas y a los pronombres que se utilizan para referirse a las mismas, puesto que no existen morfemas dentro de estos sustantivos, o pronombres específicos para las personas cuyas identidades existen parcial o completamente fuera de este binarismo de género.
Es por eso, que se han propuesto una nueva serie de modificaciones a dichas categorías dentro del español, mejor conocido como lenguaje inclusivo.
¿Cómo funciona el Lenguaje inclusivo?
De acuerdo con el sitio web de las Naciones Unidas, este define al lenguaje inclusivo en su sección de Lenguaje Inclusivo en cuanto al género como, “la manera de expresarse oralmente y por escrito sin discriminar a un sexo, género social o identidad de género en particular y sin perpetuar estereotipos de género.”
Unidas, este define al lenguaje inclusivo en su sección de Lenguaje Inclusivo en cuanto al género como, “la manera de expresarse oralmente y por escrito sin discriminar a un sexo, género social o identidad de género en particular y sin perpetuar estereotipos de género.”
La utilización de la letra “e”, los pronombres “elle/elles”, los artículos “le,” “es,” y “une” así como el esfuerzo por utilizar sustantivos epicenos, son los principales diferenciadores dentro del lenguaje inclusivo.
En el caso de la letra “e,” esta se utiliza para sustituir a la letra “a” y a la “o” en sustantivos y artículos que se refieren a personas, así como en pronombres. También tienen la función de poder nombrar a personas sin asumir su género y/o para poder dar un pronombre y palabras que cumplan con aquellas identidades de género que existen completa o parcialmente fuera del binarismo de género.
El lenguaje inclusivo en el español tiene como objetivo el poder incluir, nombrar, y no discriminar a personas al momento de usar el lenguaje.
Cuando se habla de un grupo de personas, se recomienda usar la letra “e” para no asumir el género de las personas e incluir a personas cuya identidad de género vaya más allá usando palabras como “todes.” En el caso de personas individuales, es recomendado referirse a aquellas con los pronombres y artículos correspondientes de “elle/elles,” “le/les,” siempre y cuando así te lo indiquen o en caso de ya tener conocimiento previo de que esos sean sus pronombres.
David Montelongo García, coordinador de proyectos y representante legal del programa Compañeros, una asociación civil que se dedica a la prevención del VIH en Ciudad Juárez, dice que el lenguaje inclusivo es descriptivo. Algo que hace el lenguaje descriptivo antes de hablar de la característica, siempre pone en primer lugar a la persona. El decir “personas con capacidades especiales” a pesar de tener buena intención para referirse a este sector de la población está mal porque da atribuciones a personas que no tienen por el simple hecho de tener una discapacidad.
Montelongo dice que otra manera de utilizar el lenguaje inclusivo sería el referirse a las personas describiendo correctamente su condición. En lugar de decir “personas con capacidades especiales” decir “personas con dificultad auditiva,” o cualquiera que sea su condición, siempre y cuando sea correctamente descrita.
Los cambios dentro del lenguaje inclusivo en español, sirven para visibilizar su condición refiriéndose a las personas no binarias, haciéndolas visibles en el discurso diferenciándolas del binarismo de género.
¿De dónde viene?
Se cree que el origen del lenguaje inclusivo es algo reciente, pero en realidad, no es así. En un reportaje para En Foco, Ciro Seisas explica que este monta sus orígenes a los años sesenta en los movimientos feministas que empezaron a cuestionar el lenguaje y su relación con el patriarcado. Mariángeles Camusso, una maestra e investigadora de la Universidad de Nevada en Reno (UNR) explica que estos movimientos aseguran que el lenguaje está ligado con las relaciones de poder con el orden patriarcal y el lenguaje, en este caso el español, termina reflejando esta relación de poder de los hombres sobre las mujeres.
Razón por la cual, se empezó a buscar su modificación. Pero dentro de la población hispanohablante, el lenguaje inclusivo también ha sido motivo de críticas y rechazo.
En el 2020, 2800 personas fueron encuestadas de manera voluntaria en línea como parte de un estudio de opinión realizado por el Instituto de Ciencias Sociales y Disciplinas Proyectuales (INSOD) de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE).
Cuando se les pregunto si consideraban el uso del lenguaje inclusivo como algo ridículo, el 56% se dijo estar completamente de acuerdo. Cuando se les preguntó si consideraban que el uso del lenguaje inclusivo debería estar prohibido a nivel institucional, el 47% dijo estar completamente de acuerdo.
Y cuando se les preguntó si consideraban que el lenguaje inclusivo debería de utilizarse siempre para referirse a cualquier individuo con el fin de no asumir su género, el 65% indico estar completamente en desacuerdo.
“Ay que ridículos,” “solo se nace mujer o hombre,” “yo no voy a respetar eso,” son algunas cosas que Rebeca Domínguez Quiñonez, una estudiante en UTEP, de 20 años que estudia una licenciatura en literatura inglesa y americana con una concentración en estudios de la mujer y que vive en El Paso, Texas, ha escuchado decir a las personas para referirse negativamente del lenguaje inclusivo.
“Siento como que la gente mexicana no lo toma muy enserio, o sea se lo toman muy a broma y no respeta,” dice Domínguez Quiñonez.
Domínguez compartió que no tiene conversaciones sobre el lenguaje inclusivo en algunos de sus círculos cercanos puesto que dice que no respetarían, y lo toman enserio porque son más conservadores.
Domínguez dice que, dentro de estos círculos suyos, no hay apertura para hablarlo y aunado a eso, sus integrantes se ponen a la defensiva con temas como este.
Ante la continua presencia, uso y viralización del lenguaje inclusivo en los últimos años, la Real Academia Española (una institución cultural dedicada a la preservación y mantenimiento del lenguaje español en los países hispanohablantes) ha manifestado un constante rechazo a las modificaciones que conlleva el lenguaje inclusivo.
Su postura respecto al tema se puede ver ejemplificado en su cuenta de Twitter donde una de sus publicaciones dice lo siguiente: “Lo que comúnmente se ha dado en llamar ‘lenguaje inclusivo’ es un conjunto de estrategias que tienen por objeto evitar el uso genérico del masculino gramatical, mecanismo firmemente asentado en la lengua y que no supone discriminación sexista alguna.”
El director de la RAE, Santiago Muñoz Machado dijo en una declaración: “Tenemos una lengua hermosa y precisa, ¿por qué estropearla con el lenguaje inclusivo?”
La respuesta de la RAE es clara, están en desacuerdo con uso y la implementación del lenguaje inclusivo.
La lucha para la implementación del lenguaje inclusivo, ¿vale la pena?
La intención de la creación, el uso, y la propagación del lenguaje inclusivo es aquella de poder incluir a todas las identidades y minorías que actualmente existen en la sociedad en conjunto con el resto de la población.
Sin embargo, las preguntas sobre si el lenguaje inclusivo verdaderamente logrará generar un cambio genuino en las sociedades en materia de inclusión, o si es un movimiento con poca relevancia significativa, también existen.
“La mayoría de las seis mil lenguas del mundo carecen de género y se hablan en sociedades machistas. En cuanto a la lengua española, tiene género masculino, género femenino, y género neutro, lo cual es una rareza, pero eso no significa que la sociedad mexicana no padezca igualmente un machismo que asusta y que se manifiesta mediante los feminicidios de todos los días. La lengua no se relaciona necesariamente con el machismo,’’ dice Concepción Company, una investigadora del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM.
“Obviamente cambiar algunos usos lingüísticos no va llevar aparejados grandes cambios sociales,” dijo Susana
Guerrero Salazar, una Doctora en Filología Hispánica de la Universidad de Málaga, en una entrevista para la Revista Igualdades. “Sin embargo, no hacerlo sí que puede repercutir en ralentizarlos, pues supone no dar visibilidad a las mujeres e insistir en el androcentrismo.” Un punto de vista más positivo reconoce que, el lenguaje inclusivo si puede traer cambios sociales.
Otra opinión a favor del lenguaje inclusivo es el de la crítica literaria Karina Galperin. “El llamado ‘lenguaje inclusivo’ le da a la lengua una precisión que muchos valoran. Hoy hay un montón de gente que entiende que, por razones prácticas o ideológicas de los otros, no es del todo cortés usar el masculino genérico. También es una cuestión de cortesía llamar al otro como el otro quiere ser llamado,” dice Galperin.
¿Cómo se sienten los estudiantes al respecto?
Para poder indagar más sobre el lenguaje inclusivo, se llevó a cabo una encuesta en UTEP por la revista Minero en donde se encuestaron a estudiantes alrededor del campus.
De acuerdo con la encuesta, el 70.5% de los estudiantes dicen saber que es el lenguaje inclusivo, mientras que el 29.5% lo desconoce. El 46.2% dice conocer a alguien que use el lenguaje inclusivo, comparado con un 53.8% que dice no conocer a alguien que lo utilice.
Cuando se les preguntó sobre la frecuencia con la cual utilizaban el lenguaje inclusivo en español, el 34.6% dijo no usarlo nunca, el 20.5% dijo que raramente lo utiliza, el 23.1% dijo que a veces lo utiliza, el 11.5% dijo utilizarlo frecuente y finalmente el 10.3% dijo utilizarlo siempre.
Cuando se les preguntó sobre si consideraban importante el uso del lenguaje inclusivo, el 50.8% dijo que si, el 19.2% dijo que no, mientras que el 30.8% restante se dijo estar indeciso.
Para acabar con la encuesta se les preguntó si apoyaban el uso del lenguaje inclusivo a lo que el 62.7% de los estudiantes contestó que sí, mientras que el 16.9% dijo que no, y el 20.3% se dijo estar indeciso.
¿Qué sigue?
El lenguaje inclusivo es utilizado cada vez con mayor frecuencia y en un mayor número de contextos en países hispanohablantes. Este es utilizado y tiene el objetivo de ser un reflejo más fiel a la sociedad que lo habla, puesto que históricamente más de dos géneros han existido y al menos dentro del español, no han existido los sustantivos personales ni los pronombres necesarios para incluir a personas no binarias, o personas cuyas identidades de género fluctúen parcial o totalmente fuera del binarismo de género que conocemos hoy en día.
El aprender los pronombres de las personas rompiendo con la idea binaria del género puede llegar a ser un proceso confuso para muchos, en especial para las generaciones mayores, y por lo mismo no es bien recibido por un gran sector de la población. Esto, aunado a la LGBTQ+ fobia, y machismo que todavía permea en sociedades principalmente latinoamericanas, hace que su incorporación completa al lenguaje sea aún más complicada e incierta.
¿Logrará el lenguaje inclusivo consolidarse para convertirse en la principal manera de hablar en español? ¿Su uso por parte de personas hispanohablantes incrementará? ¿Algún día logrará ser aceptado por el sector de la población que actualmente lo rechaza?
IN BRIEF
By Brandy Ruiz
On the border between Mexico and the United States is a unique place where two cultures, currencies, and primary languages of the region collide: Spanish & English, creating a phenomenon where the rules of traditional language tend to dissipate. Except recently, where inclusive language and the suggestions of the practice have sparked complicated discussions in the region.
Sofia Valenzuela, a 22-year-old gender-fluid from El Paso, Texas, and Ciudad Juarez who studies psychology with a concentration in women’s and gender studies at UTEP, says they are just beginning to learn how inclusive-Spanish language works.
Valenzuela says that for them, this has been a difficult process and they reached a point where they disconnected from Spanish, at least grammatically.
They decided to devote more effort to learning the English language better because of they need to try to perfect their accent and to be able to fit in. That’s why it’s hard for them to understand inclusive language in Spanish, but they says it’s not impossible and they are willing to do it.
Recently, the use of gender within Spanish in nouns that refer to people and the pronouns that are used to refer to them has begun to be increasingly questioned, since there are no morphemes within these nouns, or specific pronouns for people whose identities exist partially or completely outside this gender binary.
That is why a new series of modifications have been proposed to these categories within Spanish, better known as inclusive language.
When talking about a group of people, it is recommended to use the letter “e” so as not to assume the gender of people and to include people whose gender identity goes further using words like “todes.” In the case of individuals, it is recommended to refer to those with the pronouns and corresponding articles of “elle/elles,” “le/les,” as long as they tell you so or if you already have prior knowledge that these are their pronouns.
Learning people’s pronouns by breaking with the binary idea of gender can become a confusing process for many, especially older generations, and is therefore not well received by a large sector of the population. This, coupled with LGBTQ phobia, and machismo that still permeates mainly in Latin American societies, makes its full incorporation into language even more complicated and uncertain.
Will inclusive language be consolidated to become the main way of speaking in Spanish? Will its use by Spanish-speaking people increase? Will it ever be accepted by the sector of the population that currently rejects it?